viernes, 27 de febrero de 2015

Amor; o quizás, obsesión...

Hoy lo volví a ver. Creo que todavía siento los nervios que sentí cuando lo vi saliendo de su casa. Yo iba con mi mama, y no quería que se parase a saludar; pero lo hizo. Y me quede congelada, como siempre.
Literalmente, el mundo se paró cuando lo vi. Dejé de escuchar lo que decía mi madre y simplemente me preocupé por cómo me veía y por cómo saludarlo. Es decir, hubo un día en que estaba tan nerviosa cuando lo vi que no lo salude; y creo que fue lo peor que hice.
Me paré a saludarlo, me miró, me dijo “hola” y me dio un beso… Eso fue todo. No espero nada mas, porque sé que él tiene novia, y que la ama. Y eso me duele tanto. Siento ese dolor cada vez que lo veo…
Yo ni siquiera le dije “hola”… Con lo nerviosa que suelo ponerme, no podía esperar otra cosa. Cuando realmente intento decir algo, termino arrepintiéndome; quizás porque sueno demasiado aniñada, y el siempre dice que no quiere niñas. O quizás porque sueno muy tímida y queda en evidencia que me gusta, y él no quiere meterse en problemas con su pareja.
En fin, como sea, lo único que hice desde entonces fue pensar en él. Y revisar su cuenta, haber si había escrito algo sobre mí… Nunca lo hace, pero nunca pierdo las esperanzas.
Ojala algún día me vea como yo quiero que me vea; como yo lo veo. Y me quiera como yo lo quiero. Y me piense como yo lo pienso. Y me sueñe como yo lo sueñe.

No quiero pensar que tengo que agregarlo a mi lista de cosas imposibles de mi vida… Ojala que no. Ojala algún día sepa lo que siento por él, y simplemente me bese. Y simplemente seamos felices…

miércoles, 25 de febrero de 2015

Que injustos somos.

Un poco sobre mí... Y sobre él.

A veces tengo muchísimas ganas de escribir, pero no se sobre qué. Lo primero que se me ocurre es él. Como siempre… Siempre pienso en él, siempre quiero hablar sobre él, y escribir sobre él, y escuchar sobre él, y verlo a él. Curiosamente, él no. Claro, por qué querría eso sobre mí? No me conoce… O si, pero solo superficialmente.
Nos conocemos por nuestras familias. Entonces nos saludamos en las fiestas, o cuando nos vemos en la calle. Y yo siempre torpe, siempre nerviosa, siempre avergonzada. Pero hay una razón: cuando me mira siento que me desnuda, metafóricamente claro… Cada vez que me mira a los ojos siento derretirme por dentro, y en mi intento de querer que el no lo note, creo que lo nota aun más. Si, digamos que es así exactamente como me siento… Frustrada. Es decir, qué tan difícil es, a mi edad, hablar con un chico? Se supone que a esta edad no me importa nada de nadie, que voy por la vida chocándome con el mundo. Bueno, yo soy todo lo contrario. Suelo creer que maduré muy rápido, porque a mí si me importa, me importa todo. Absolutamente todo. Y eso, aunque algunos dicen que es envidiable, con mis 16 años, yo creo que es un error, que me perjudica.
Si hablo de mi problema para relacionarme con él con cualquiera de mis amigas, me diría que le hable. Claro, así de fácil. Y de qué le hablo? De qué le puedo hablar a un chico de casi 21 años, que tiene novia, problemas familiares, muchos amigos y un desinterés total en mí. Es decir,  por eso me gusta, obvio. Porque me gustan los desafíos… O mejor no, no me voy a hacer la aventurera. No me gustan los desafíos, mi problema es que soy tonta. Si, básicamente eso. Quiero decir, hace 5 años no lo supero, eso ya no es un desafió, es el límite de la tontera. Me gusta porque no me mira, porque es el único que no me mira.
Y si, era necesario decirlo. Aunque no me guste aceptarlo, es necesario para que entiendan la situación en la que me encuentro. No me gusta llamar la atención, pero lo hago. Inconscientemente, obvio. Según mi mama, es porque soy linda. Pero dejemos en claro algo… Es mi MAMA. Nómbrenme una madre que no le diga que es linda a la hija.
Tengo los ojos verdes. Si, eso es todo. Soy morocha de ojos verdes, nada más. Nada del otro mundo en mi cara. Es mas, tengo los dientes un poco torcidos. Pero, me gusta mostrarme. Y tengo qué mostrar, sin modestia. Y es por eso que me miran. Aunque, no todo es lo que parece. No me quiero tanto como suena en este párrafo.
En realidad me odio, porque soy gorda. Y porque si fuera flaca, seria realmente bonita, y porque no puedo parar de comer, y porque aunque haga dieta, el cambio físico nunca se nota. Y porque estoy tan acomplejada que aunque el sol queme la tierra, a mi nunca me van a ver en short en la calle. Si, estoy llena de trastornos. Algunos desde chica, otros que los fui adquiriendo con el tiempo. Por eso no lo culpo por no mirarme… Es decir, yo tampoco me miraría.
Necesitaba escribir todo esto. Creo que me saque parte de un peso de encima.
Es bueno escribir. Me ayuda bastante a procesar la realidad. Por eso, trato de escribir siempre. Sobre mí, sobre él, sobre la sociedad, sobre lo que me gusta y lo que me molesta, con la esperanza de que algún día alguien me lea; aunque se que también eso es imposible.

Podría escribir de tantas cosas más. Pero siento que molesto a alguien, siento que hay alguien al que no le gustaría leer esto. Creo que es por mi madre… Aunque no puedo preocuparme por todos los que me rodean, y si a mi me hace bien escribir, creo que eso es lo que haré por ahora…