A veces quiero que
nada de todo esto sea real... Que sea solo un mal sueño o una pesadilla.
Me castigo por los errores de la gente que me rodea. Y me castigan por los errores
de la gente que me rodea.
Pero de tanto sufrir,
cambias, crecer, aprendes, te transformas.
Y yo estoy segurísima
de que esta vez si aprendí algo de todo esto.
Aprendí que quizás no
son ellos los que me castigan a mí por mi sobrepeso. Aprendí que soy yo la que
me castigo, la que se odia. Aprendí que no a todo el mundo le dan asco las
gordas, pero que, sin embargo, a mi si. A mí si me dan asco. A mí si me doy
asco.
Soy demasiado cobarde
como para buscar una salida. Buena o mala. Ninguna de ambas. No lo se, quizás,
no este lista para tomar decisiones aun. Quizás, aunque yo sienta que estoy
preparada para lo que sea, no lo estoy. Y es eso lo que te va matando de a
poco. Esa sensación de poder, aun sabiendo que no podes. Esa ilusión de sentir que quizás algo de tanta mierda
pueda cambiar; pero no, no cambia.
No tengo tanta
voluntad como para hacer un tratamiento arduo y costoso, con el que lo que mas
voy a conseguir es sufrimiento. No tengo ganas de ver a alguien todas las
semanas que me pregunte que comí, y que me haga sentir culpable por eso. Ya
tengo demasiado con la culpa que puedo sentir yo sola, como para que venga
alguien y me tire mas culpa encima.
Lo intente. Lo intente
por mis propios medios. Hice gimnasia y trate de no comer tanto. Al parecer me
ayudo. Todo el mundo lo notaba. Menos yo. En la báscula solo fueron unos 3 o 4
números diferentes.
También intente la
salida rápida, la mala, la no recomendada. Pero tampoco funciono. Cuando lo
estaba haciendo sentí que no podía hacerlo, y la cobardía se volvió a apoderar
de mí.
Y también intente la
última opción, la más rápida, la más eficaz. Sabia que haciendo eso dejaría de
sufrir para siempre. Todo se acabaría en aquel instante. Pero no pude.
Simplemente me puse a pensar en mis abuelos, y en mi mama. Y aunque yo a veces
me queje de ellos, ellos son mi familia. Lo único que tengo. Lo que se que no
me va a abandonar, sea gorda, flaca, linda o fea.
Me gustaría sentirme
así de tranquila y segura con todo el mundo a mí alrededor.
Me gustaría poder
confiar más en los demás, y en mi misma.
Pero no puedo...
Y cada día es más
monótono y más triste así.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario